Tuesday 5 January 2010

Nostalgias

Después de despertarme de un sueño en el que era yo el protagonista y el único espectador, tengo que esperar unos minutos, encender las luces y entrar al baño. Como cada vez que me despierto, un poco acelerado y un poco atontado, todavía no puedo entender mucho lo que esta pasando, pero intente asimilar todos esos pensamientos que me acompañaron mientras dormía en la soledad del sofá. Es inútil, al parecer todas las ideas se esfumaron, desaparecieron del poder del recuerdo o tal vez en la deformación de mi memoria, que de vez en cuando parece ser selectiva.


Me quedé dormido mirando una película y me resulta todavía difícil de entender cuantas horas pasaron. Si bien todo me pareció una eternidad, miro el reloj y noto que solo pasaron 3 horas.

El día pasa sin prisa, el recurrente desayuno y un poco de música. Elijo el Tango, esa música que me transporta a Buenos Aires. Gardel me hace compa
ñía y es un buen motivo para preguntarme si será que estoy envejeciendo. No importa, porque con la huella de una voz histórica  que me lleva a flor de piel y que me recuerda esas calles pintadas por una sugestión única, creo entender que desperté de un sueño lleno de nostalgia que ni siquiera Freud podría explicar.

En el sueño veía castillos, calles, laberintos no estaban ni Borges ni Kafka, no se escuchaba el folklore argentino y tampoco el ruido de la ciudad que llevo en el corazón. Había un poco de niebla, una calle helada y vagabundos caminando en soledad. Finalmente, ya tranquilizado puedo entender, soñaba con una ciudad distinta, donde viví un tiempo pero que nunca ame y aun así puedo nutrir cierta simpatía por ella, más allá de la hostilidad con la cual me recibió al principio. Aunque parezca mentira, estaba soñando con la ciudad de Tocino.


Parece extraño como los sentimientos e ideas que parecían haber quedado en el olvido, pueden apacer de la nada. Así, después de ocho años, una experiencia que la recordaba como simbólica y que tal vez quería olvida, vuelve mientras duerno y me recuerda su valor.

Torino, esa ciudad gris, donde el cine y los Pubs Irlandeses eran mi refugio de la realidad. (Tal vez, ya existía en mi alguna conexión con Irlanda).

Torino, a veces la recuerdo como ese lugar donde si yo estaba mal, a nadie le importaba. El lugar donde empezaron a desvanecer muchas utopías y donde, en cualquier ocasión, cualquier persona buscaba aprovecharse se mi inocencia para embarullarme en algún modo. No fue fácil, y dejando atrás la arrogancia de la adolescencia creo que aprendí alguna lección.

Puedo sonreír acordándome de mis días, caminando de un lado de la ciudad al otro… en búsqueda de un trabajo y de aprender un idioma, llevando algún curriculum. A veces me trataban bien y otras tantas como si hubiese robado algo.

La suciedad de la calle Nizza y la estación Porta Nuova, los gritos de los borrachines y la soledad de gente sin techo, los pedidos de ayuda de algunos niños no apartenientes a la comunidad europea, las charlas con un anciano en una plaza. Yo, solo, con cosas por descubrir.


Los Carabinieri, más inútiles que nunca, contemplando la venta ilegal de distintas drogas sobre la sombra del Río Pó (el más largo y contaminado de Italia). Dice una leyenda que da un estudio de sus aguas encontraron presencia de cocaína. Todos tienes sus debilidades, también aquellos que dicen que las drogas vienen o se usan solo en países “subdesarrollados”.


De vez en cuando alguna mirada con desconfianza, palabras que podían herir el alma de cualquier mortal, y yo, siempre en búsqueda de problemas y experiencias, siempre dispuesto a combatir para superar esos obstáculos.

Con el orgullo argentino y cualquier broma lista como respuesta recurrente, a veces la ciudad me daba alguna emoción. Encuentros fortuitos, gente enamorada de mi Argentina, personajes que con el tiempo pasaron a ser amigos, señoras que me preguntaban si podía quedarme en su negocio unos minutos mientras ellas iban a buscar algo del almacén, porque “aprovecho que parece una persona buena, en quien confiar” y en los casos mas románticos porque les hacia acordar a su nieto “esta claro, que tiene una cara del sur de Italia”. Aunque tal vez alguna vez hayan podido decirme “Terrone”, lo dejamos pasar de largo.



Se acercaba el fin del 2001, ya habían caído las torres gemelas y empezaba un nuevo siglo con una terrible guerra. Desde lejos veía imágenes que podían asustar a cualquiera, Argentina se transformaba en un país que asustaba y termino siendo muy original, con el tiempo nos dimos cuenta que fue pionero de una crisis económica mundial. La moneda corriente en Italia era la Lira, tenia algunas en el bolsillo y muchas ganas de desayunar, me sorprende la simpatia del propietario del bar y como su madre era Argentina, no me permite pagar. Esta Argentina, tan absurda, que igual me sigue siempre en el bien y en el mal.

Un paseo por Plaza San Carlo, mirando la elegancia en la céntrica calle Roma y en sus vidrieras. Los bares Irlandeses en Corso Vittorio Emmanuele y la simpatía de las estudiantes de Erasmus. Las caminatas en la Calle Garibabli y finalmente la buena hospitalidad de algunas personas.

Tantos momentos y experiencias, uno atrás del otro los primeros errores, los primeros trabajos (algunos sin goce de sueldo), noches sin fin y días sin principio. Después de un tiempo, finalmente algo de tranquilidad, ser yo mismo en una ciudad que no es más tan desconocido, caminando con los ojos cerrados y recibiendo el saludo de gente que iba conociendo. Tal vez, podría haberme regalado otras alegrías si me hubiera quedado mas tiempo.


Hoy, después de ocho años y casi sin saberlo, creo que la recuerdo con algo de nostalgia.
No se trata de una nostalgia triste, solo de un sentimiento positivo. Un recuerdo por esa ciudad, a veces agradable y otras veces hostil, que no me ha dado mucho en ese específico momento pero que me ha enseñado a superar momentos y obstáculos. Hoy que existen otras situaciones por superar, puedo solo hacer tesoro de aquella experiencia y de este sueño del que acabo de despertar.

Tuesday 22 December 2009

Otra Vez En Buenos Aires

Llegar a Buenos Aires me provoca una sensación distinta a la de llegar a cualquier otra ciudad... El piloto ya se encargo de avisar a los pasajeros que en pocos minutos iniciaremos el aterrizaje, que son las 9.20 hora local y que el sol resplandece sobre la ciudad. El corazón empieza a latir cada vez más rápido hasta que el avión aterriza en la pista del aeropuerto Ministro Pisan en la ciudad de "la pelota", del Tango, la de Borges y de tantos "Europeos en el exilio".

Después de 12 horas de vuelo, solo me quedan energías para abrazar a mi sobrina. Junto fuerzas y sigo en busca de mi equipaje, que sorpresivamente el primero en salir de la cinta.

El trámite de Migraciones se hace lento, me parece raro entrar a mi país como extranjero pero sorprendentemente el oficial esta de buen humor y me dice “Bienvenido Pibe”.

El aeropuerto, como en general pasa con muchos aeropuertos, es una fiel imagen de la ciudad... Desordenado, lindas mujeres, antiguo pero con algunas partes remodeladas y el trato casi imperativo del personal de seguridad, salgo disparado, ignorando todo lo que me rodea, incluyendo las promotoras que venden perfumes, llego a ese ventanal que marca territorio entre los que están y los que llegan o se van. A la distancia veo tres caras que me son muy familiares y salgo corriendo: Siempre hay alguien que me espera en Buenos Aires, estoy en casa otra vez.

A los pocos minutos de salir del Aeropuerto ya se nota el desorden con el que se desenvuelve el trafico... para decirlo en un lenguaje mas Argento: "Un quilombo". Llegando a la Av. General Paz ya empiezo a sentir los aromas de la ciudad o al menos así me parece a mí.

Me propongo ver la ciudad con total objetividad, como si fuese un extranjero al cual nada y nadie lo ata. Es difícil, pero lo intento.

La primera impresión es buena. Es linda Buenos Aires para un turista, pero que atrasada que esta. Me entristece ver como muchos se han olvidado de una educación básica, como agradecer, pedir las cosas por favor o disculparse al atropellar a alguien... De todas maneras mantengo la buena onda.

Mi sonrisa delata una cierta alegría por estar ahí y haber estacionado el auto en la calle Corrientes.

El centro de la ciudad me apasiona, con el paso del tiempo ha envejecido pero no ha perdido su fascino multicultural.

Me pongo el traje de turista y hago lo que siempre quise hacer y nunca hice... Ya entre a muchos bares a los cuales "de chiquilín miraba de afuera", entonces me voy al Café Tortoni.
Que gran sensación sentarse ahí a desayunar y respirar un poco de la historia reciente de la ciudad, tal vez en esa misma mesa algún día se sentó Borges con Bioy Caseres...
Mientras me devoro un increíble tostado me parece escuchar a Gardel y fantaseo con pasar a ser parte de la historia del lugar.
Es una lastima que en la puerta haya un portero que nos apura al salir... seguramente a la clase de "cordialidad y atención al cliente” nunca asistió. Quiero mandarlo al carajo, decirle que soy un cliente, que no me apure, que me respete... en fin que “no me rompa las pelotas” (para decirlo otra vez con total Argentinidad), pero me quedo tranquilo, estoy de vacaciones y no quiero perder mi tiempo. Mantengo el buen humor y en algunos lugares hasta me tratan muy bien.

Voy al microcentro a caminar esas peatonales de la vida, en la esquina Lavalle y Florida se cruzan muchas sensaciones: 2 puestos de diario a 10 metros de distancia, un negocio Legacy, perfumerías, hermosas mujeres que desfilan por la peatonal a la hora de su almuerzo, gente que trabaja y otros que están expectantes de ver que pasa, un vendedor ambulante ciego que recuerdo haber visto 20 años atrás cuando mi viejo me llevaba al centro, hay también algunos "cambistas" que se disputan los clientes, intercambiando Euros, Dólares, Yenes y hasta Patacones... “sin hacer cola”. Pero por miedo, mejor no arriesgo.

Hoy, yo soy uno mas... o tal vez un espectador de lujo. Como dice una canción, se encienden las luces en Calle Corrientes, teatros, librerías y la gente que viene y que va. La calle que nunca duerme se tomo una tarde de franco e increíblemente parece apaciguada, como si algo estuviera por suceder. No pasa nada naturalmente, el canillita sigue vendiendo diarios y viendo la vida pasar.

Aunque a algunas construcciones les falta una mano.... de pintura, igual la ciudad tiene ese "no se que" y por eso me sigue gustando.

No puedo ser objetivo... es mi ciudad y me duele ver algunas cosas mal.

Como buen argentino me desentiendo de todo y pienso "No es mi culpa" y es lo mismo que piensan 10 millones de personas más. Pero en parte creo que somos todos culpables, también los que nos fuimos.

Llega otro día y es hora de volver a caminar... La calle se volvió a despertar muy temprano, la rectitud de la ciudad la lleva a ese andar casi frenético a las 6 de mañana con gente apurada para llegar a ningún lugar. Pero yo soy un turista mas... aunque me camuflo entre la gente, conozco las esquinas y voy sin cámara de fotos, entonces nadie me nota!


Buenos Aires me trata bien en lo poco que va del dia, la chica del kiosco tiene la mejor onda, escucha cumbia y baila desde la heladera al mostrador. Compro un alfajor y una cepita para empezar la mañana "a full"!! La chica no tiene cambio... "No hay drama" me dice... y me encaja 10 caramelos para darme "de vuelto"...

Me siento a pensar, en una Plaza de Mayo con menos Golondrinas que en el pasado. La casa Rosada, podría ser reconocida como una casa de delincuentes, pero prefiero no hacer política y admirar la arquitectura, las columnas de la catedral, el cabildo, sus teatros, sus bares y sus extremos...

Dejo de pensar, porque no me sale muy bien y vuelvo a gastar las suelas.

Parece haber un poco de Smog por la calle Bolívar, camino con la mirada fija, cantando por lo bajo hasta llegar a San Telmo. Empiezo a curiosear por algunas tiendas, en Plaza Dorrego hay un grupo de amigos tomando mate y conversando animadamente... El museo nacional de arte moderno me llama la atención, pero lamentablemente esta cerrado.

No se me ocurre nada mejor que volver al Barrio Genovés de Buenos Aires, mejor conocido como "La Boca", con su tradicional calle "Caminito", el Tango y obviamente la Bombonera. Un templo del football mundial. Los murales de Maradona me recuerdan a cuando estuve en Nápoles. Las banderas reflejan la alegría por el campeonato a penas obtenido por el Club Xeneize y el Museo del Estadio explota de Turistas. Vuelvo a entrar, siento un cosquilleo en el estomago... no es hambre, es pasión y orgullo... Piso ese verde césped, donde alguna vez jugaron Diego, Batistuta, Rattin, Varallo, Riquelme y donde la gente tantas veces se expandió en alegría. "Como me hubiera gustado jugar acá" pienso... desconsolado por un sueño incumplido.

En Caminito compro algunos "Souvenir", regalos, remeras.... y a medida que gasto dinero la gente se va haciendo mas simpática. Me recomiendan la Pizzería de "la Totta" y obviamente accedo.
Antes de subirme a un Taxi busco el parque Lezama, poblado por hinchas de River buscando la calesita para dar la vuelta.


Buenos Aires ya me conoce, hay pocos autos porque es un viernes de verano, pero aun así alguien tiene mucho ingenio para manejar como le parece.
Me siento por primera vez en la Plaza San Martín. La gente disfruta del descanso de su trabajo, yo disfruto de estar ahí. Cruzo la calle, haciendo zig zag, a un lado la "Torre de Los Ingleses" que no se salvo de un Graffiti poco representativo e inoportuno, estoy frente a Retiro, donde nace Avenida Del Libertador.

El olor me llama, estoy cerca de la Darsena Norte del Río De La Plata, del Lado contrario del Yacht Club Argentino, en Puerto Madero. Por suerte hay un amigo, Emiliano, que también esta por esa zona o tal vez por amabilidad me lo hace creer, asi nos encontramos para tomar algo... Las horas pasan y nosotros seguimos hablando. A veces no podemos evitar desviar la mirada y apreciar una chica que pasa corriendo, ella no se inmuta... sabe que la miran y eso la hace sentir bien. Un cigarrillo y mas charla antes de despedirnos, con la promesa de volver a vernos.

Como dije es Viernes, el ultimo día laboral de la semana para muchos... eso significa cena y cervezas con mas amigos. Me encuentro con Joel, a la salida de su trabajo, que esta casi pegado al Luna Park.
Cruzamos rápido la Av. Leandro Alem y para volver a sentirme como en casa, nos metemos en un Pub Irlandés, vuelvo a ser local, elijo las cervezas y me muevo como pez en el agua.
La noche de Buenos Aires me espera así que es hora de ir comer, pegarme una ducha y sabiendo que el frasco de perfume está medio lleno... voy a vaciarlo del todo. Tiene mucha vida la noche de Buenos Aires, En Recoleta, Barrio Norte y Palermo... hay para elegir, vamos a un lugar tranquilo, con terraza, buena música y chicas interesantes.

Decido hacer todo "en su medida y armoniosamente" como decía Virgilio. El General Perón solía repetir la frase del maestro de Dante. Ambos me gustaban... claro, me refiero a Virgilio y Dante... pero de aquel presidente prefiero no hablar, porque al final de cuentas no me gusta ninguno y prefiero no ofender. Ser apolítico en Buenos Aires es peligroso, mucho mejor es hacerse el boludo y eso me sale muy bien.

Por suerte todo sigue en el mismo lugar y por eso, de alguna manera me siento en casa... Disfruto de cada paso, a la vez me doy cuenta de que vivir esa rutina seria insalubre para mi, entonces disfruto que, al menos hoy, soy solo un turista.

Trato de pensar como sería hoy un "Resumen Porteño" como el que escribió Spinetta cuando los Militares estaban en el poder, entonces mas que resumen, escribo un mar de palabras, con poco sentido. Como las que acabo de teclear.

Me despido y sigo pensando en Baires, que con sus defectos, locuras y diferencias, a veces puede tratarme mal, pero es lo que hay.... igual la quiero.

En pocas horas estaré de regreso a Dublín y me doy cuenta que para saber a donde vamos hay que saber de donde venimos..

Friday 4 December 2009

Into The Wild

Introducción: Una mañana me invadió una sensación de angustia e intranquilidad. Hacia tiempo que me sentía agobiado por la superficialidad, el materialismo y el ego que rige en el mundo. Si todos nos sentimos así, porque seguimos viviendo en un mundo tan materialista?

Thursday 26 November 2009

Un paseo por Nápoles

Napule bella mia,terra d'ammore,

lacreme e canzone...

che suonno d'oro ca nce faje sunná!

'Ncòre nce miette na malincunía,

na freva tu nce miette dint''e vvéne pecché nce vuó' fá
chiagnere e cantá.

(E. Murolo - Tagliaferri)



Después de haber vivido en Italia por 4 años y haber recorrido más de 60 ciudades del “Bel Paese”, hay un lugar que me faltaba conocer... Un lugar que por historia de inmigraciones, por costumbres, alegrias, tristezas y por un deporte pasional como el fútbol, esta muy unido a la Argentina: Nápoles.


El 8 de Junio de 1990, a los 8 años estaba frente al televisor con mi abuela... Expectante por el inicio del Mundial "Italia 90" y sus Noches Mágicas, veía imágenes impactantes, el coliseo, calles angostas, estadios y una ciudad que explotaba de devoción por Maradona.
Tuve que esperar 17 años, pero finalmente en Septiembre del 2007, gracias a la invitación de Nicola, un amigo que me dio Dublín, un avión de "Low Cos" nos llevo Roma, donde luego con un tren emprendimos el viaje hacia el “Mezzogiorno d'Italia”.Llegar a Napoli era un sueño cumplido, recorrer la ciudad un sueño por cumplir.Muchas cosas se dicen de una ciudad, que para mi esta entre las más fascinantes de Europa, llena de contrastes, desilusiones propias y esperanzas.


Que es un lugar único se nota al caminar por las calles, sentir el aroma del café y de las medialunas a cualquier hora del día. Hablar con la gente o escuchar sus diálogos. Comer una pizza en un Bar cualquiera o en un restaurante de primer nivel. Ir a un café, nombrar mi nacionalidad, recibir un afectuoso saludo y que no me dejen pagar el “Cappuccino”, por se del mismo lugar que provenía el Gran Diego Armando Ilusiones... Se habla de fútbol, de la vuelta del Napoli a la Seria “A”.
La vista del Mar con el Vesuvio de fondo, es una postal de lujo. Un sitio para sentarse a contemplar y esperar que el tiempo pase sin apuro. Que se detengan los relojes, que no hacen más que acelerar el tiempo con superficialidad.

El trajín que tiene la ciudad te lleva de a poco a involucrarte con ella y sus habitantes. La gente es mas ruidosa que en otros lugares de Europa, sonríen mas, hay música, un transito desordenado y ruido de bocinas. 
Para algunas personas puede ser un lugar muy caótico, pero Nápoles tiene Alma y es eso lo que me contagia una energía suprema. La ciudad esta viva, las personas no son solo individuos que caminan con la cabeza gacha sin mirar a los ojos de los demás.


Me siento a gusto, a las 5 de la tarde se empieza a ver más gente, mientras me entretengo entre las callecitas, que cruzan “Via Toledo”.


La hora de la cena nos encontró con la Mamma de Nicola cocinando distintas comidas, todas de increíble sabor. Era como estar en casa, aun a 12 mil kilómetros de distancia.


Se hacia de noche y obviamente llegaba el momento de conocer la vida nocturna. Una vuelta por la rambla, más ruidos, lindas mujeres, risas, la sombra del volcán y Castle Dell'uovo iluminado. Alguna historia mística me entretiene y estoy seguro que pronto me sentiré orgulloso de contársela a alguien.


Habría que ser muy antisocial para estar de noche en un bar de Nápoles y no conversar con nadie... Diría que es casi imposible, la simpatía de la gente es tanta que a veces da pena irse. Después de unas cervezas a las 3 de la mañana llegan ganas de alimentarse nuevamente... y si de alimentarse se trata, pocas ciudades hay en el mundo mejor que Nápoles.


Todavía no puedo entender si son los lugares a recordarnos olores o son los olores a recordarnos un cierto lugar. Tal vez se puedan dar las dos cosas y a cada persona le llegue de manera diferente.


Hoy, después de dos años y a distancia de una ciudad que me marco tanto, cierro los ojos y me parece ver el Vesuvio: poco a poco un aroma de café me va despertando de este sueño en el que disfruto de Nápoles y nada más...

Wednesday 11 November 2009

Del Otro Lado de la Linea

Los justos (Jorge Luis Borges)

Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Introducción: Siempre me gusta pensar cuando estoy en situaciones tensas, tanto como cliente o, para decirlo de alguna manera, come prestador de servicios, en cual sería la mejor forma de actuar y tratar a mi interlocutor. Cuando me toca estar del otro lado de la línea (o del mostrador), me viene en mente una frase de Charly Garcia "Dios es empleado en un mostrador, da para recibir". Y hablando de "Dar", Fito Paez canta "Dar es Dar, no fijarme en ella y su manera de actuar". Tal vez, desde chicos, las sociedades y religiones nos inculcan cosas a las que nos acostumbramos por inhercia y casi sin pensarlo actuamos acorde a ellas: No por lo que sentimos, sino porque una sociedad inmoral lo juzgaría, a su propio placer. Pensamos siempre en frases que suenan bien y pocas veces vivimos de acuerdo a ellas. Alguien que aprecio mucho me ha dicho que por naturaleza el ser humano es egoista. Yo creo que hay gente egoista y otras personas que tal vez en el trascurso de sus vidas aprenden a compartir o a pensar en los sentimientos ajenos. Existe gente que da mucho de sí misma sin exigir nada a cambio. Lo cual es admirable, según mi punto de vista, pero a la vez es poco útil y hasta masoquista: No hay nada mejor que hacer felíz a los demás, pero también tener gente que lo haga felíz a uno mismo.

Del Otro Lado de la Linea

Clumplidos ya los 27 años y me sigo preguntando porque todavía contemplamos injusticias en esta vida y muchas veces no hacemos nada.

Me pasó una vez en el Bus de alguna ciudad del mundo, presenciar el maltrato del conductor con una señora que podía ser su abuela.
Adentro mío, el alma me pedía a gritos ir por el rescate de la anciana y de alguna manera hacerle entender al conductor que no debía faltarle el respeto: Así como las otras 25 personas que estaban presentes, me quede enmudecido, no hice nada, como quien no llega a asimilar lo que esta pasando. No voy a relatar todo lo que pasó, porque es irrelevante, el hecho disgustoso fue la actitud del conductor. Luego pude solo ofrecerle mi asiento a la mujer, que cargaba con unas bolsas del supermercado, en modo de disculpas (en nombre del mal educado conductor y de nosotros, los cobardes presentes que ni se inmutaron para defenderla).

Alguna vez me pasó a mi recibir gritos de un estresado y mal educado conductor, que tal vez llevaba el culo bastante cansado de tanto estar sentado. Por que pasa? Por que en tantos sitios tratan mal a los clientes?

Durante los 16 meses de mi vida en los que me tocó trabajar en un call centre, la pregunta que me hacia era "Por que me tratan mal los clientes!?" Me considero educado, eficiente, (modesto sobretodo) y con buena voluntad. Para algunas personas llamar al numero de "Servicio al cliente" de alguna empresa es como descargarse, como ir al gimnasio, pegarle a la pared o ir al psicólogo. Lo peor de todo es que, por educación y más que nada por política de la empresa, no podía ponerme en los términos del cliente para responderle como se merecía.

Con un trabajo mucho más relajado, recuerdo esos momentos y me alegra que sean parte del pasado, pienso al menos que me ayudó a ser más paciente.

Hoy me tocó a mí estar del otro lado de la línea:

Contrate un Servicio de Internet hace muy poco tiempo, de los 14 días de servicio los últimos 6 no hubo señal alguna. Se empieza por el "Self Trouble-shooting", lo que significa "intentar resolver el problema solo, de distintas maneras": Toco el router de las todas maneras posibles, lo enciendo y lo apago, lo desconecto por 30 segundos y lo vuelvo a conectar. No pasa nada. Vuelvo a sentarme frente a la computadora, checkeo que todo este conectado correctamente, la password, wireless access y todo lo demás. Aún así, sigue sin haber señal. Son las 6.30 de la tarde el número de asistencia al cliente ya no esta disponible... paciencia. Esta noche tendré que preguntarle por SMS a mi mamá como salió Boca, esperando que con su humor incontrolable no me responda "Por el túnel!".

Entre idas y vueltas, llamadas, e-mails, promesas que vuelven a llamar y otras cosas dificil de describir, pasaron 5 días y todavía no se resolvió nada.


Es hora de llamar, otra vez, hay un número verde. Una voz me da la bienvenida y me explica un montón de cosas que ya sé, por haber trabajado en un call centre. La paciencia que maduré en esos 16 meses comienza a disminuir. Después de 5 minutos de espera me responde una chica, no me da su nombre y a las pocas palabras, después de la maratón de preguntas sobre mis datos personales, me dice que va a poner la llamada en espera.

Pasaron 10 minutos (y ya van 15), vuelve al telefono y me pide disculpas por la espera. Le pregunto el nombre, se llama Evelina. Lo que confirma que es del Este de Europa como sospechaba, solo por su voz robótica y por no usar artículos al hablar. Es amable Evelina y parece que trabaja bien. Me dice que están tratando de resolver mi problema y que me van a llamar por teléfono. Muchos recuerdos invaden mi mente, una llamada atrás de la otra, gente impaciente, entregas que no llegan, problemas y más problemas. Trato de ser educado, aún manteniendo firme mi postura y me pongo a repetir la típica frase "Quiero hablar con un supervisor", como siempre el Supervisor esta ocupado en ese preciso momento... pero me puede volver a llamar: Desconfío y prefiero seguir en espera hasta que el supervisor termine su café. Estoy entonces, en espera, escuchando "It's a beautiful day" en versión clásica y con malos tonos, a todo esto pasaron 28 minutos, al minuto 29 con 30 segundos de llamada, finalmente atiende el orgulloso supervisor que me dice ser el "team leader" y que se esta encargado del tema. No se disculpa por la espera ni por todos los problemas causados. Lo dejo hablar un poco mas… para algo le pagan, no? Me explica el problema y finalmente la solución.

Antes de cortar, les hago notar que el servicio al cliente que tienen es un desastre. Como errar es humano le agradezco por resolver mi problema con Internet: ahora voy a poder saber el resultado del partido sin molestar a mi Mamá y hasta ver como Boca sale a la cancha “por el túnel”, en vivo y en directo!

Me duele el brazo de tener el tubo del teléfono por 31 minutos y me tiro a descansar.
No dura mucho mi descanso… suena mi celular: Una voz suave me indica que va a ser una llamada agradable: es mi Sobrina. Entiendo finalmente que todo siempre depende del interlocutor, me olvido completamente de tanta gente mal educada y pienso que a veces, estar del otro lado de la línea puede ser un placer.

Wednesday 4 November 2009

Entre Calamaro y Dante con Destino a Buenos Aires

Finalmente faltaba poco para volver a Baires a pasar las fiestas después de 7 años, me esperaban mi sobrinita, el calor y mucha gente por ver.

Llegue tarde al trabajo para tomarme el día con calma, a las 4 de la tarde una amiga me alcanzo hasta el Dublin Internacional Airport… uno de mis lugares preferidos de la ciudad, otra de las tantas “segunda casa” que tengo en Irlanda.

Aunque viajar en avión es un poco fastidioso, a mi me gusta y hasta disfruto de todo el entorno.
Los asientos en la clase turista no son el máximo de la comodidad para estar sentado las 12 horas y 30 minutos de Vuelo que hay entre Paris y Buenos Aires. En fin, el primer avión fue un tramite, de Dublín a Paris, 2 horas con asafatas que me hablaban en frances.

Una vez en Paris, empiezo a caminar por el aeropuerto, lamentablemente no me da tiempo a comer una Baguette. Finalmente encuentro la puerta que me conecta con el avión que transportará a Buenos Aires.
La única parte que me desanima es cuando me subo al Boeing 787 de Airfrance y antes de sentarme tengo que caminar unos 36 pasos e ir observando los asientos de la clase Business! Pienso en quedarme ahí, pero no lo hago..!

Con 20 minutos de retraso despegó el avión, llevaba ya tres horas en el avión. Depues de la cena y de una charla con mi compañera de vuelo, una señora que rondaba los 50 años, que de interesante paso a  tediosa… Fui a caminar un poco, volví, me acomode como pude y me enchufe los auriculares y empece a maniobrar el Mp3 que me regalaron un grupo de amigos, habido de unas 300 canciones.
Empezó a sonar “El Regreso” de Calamaro… y para la ocasión "Los Aviones"

Preferí entonces agarrar un papel y unir algunas palabras, que ahora paso a transcribir…
(Si algo no se entiende es por que las esporádicas turbulencias deformaban aún mas mi letra, que ya de por si es una mierda!)

Pasaron “Los Aviones” y llego una “Paloma”. Esa canción que el publico canta con tanta emoción.
Como apasionado de la música y la poesía, hay algo que siempre me llamo la atención de Andrés Calamaro. Creo indiscutible su talento musical. Yo un niño y el muy joven tocando con los Abuelos de la Nada y escribiendo un tema, que fue uno de los primeros que aprendí desde que tengo “uso de razón”.
Después llegaron Los Rodríguez y más de una decena de canciones que quedaron en la memoria popular del Rock en Castellano, esperanza, amor, noches turbias, grandes ironías y poesía en las letras.
En esa época Andrés admiraba a Bob Dylan, aunque faltaba mucho aún para que el mundo note  la influencia que tuvo el músico nacido en Minnesota en Andrés.

En 1981 el artista norte-americano escribiría “Heart Of Mine”, terminando una de sus miles de canciones, envuelta en el mal de amores, con la frase “Heart of mine, If you can’t do the time, don’t do the Crime”.Más de veinte años después, Andrelo, tradujo aquella frase en un lenguaje muy Argentino, cuando recita “Le dije a mi corazón, sin gloria pero sin pena, No cometas el crimen varón, si no vas a cumplir la condena”. Un perfecto conjunto de palabras, que en cierto modo pertenecían a Bob y que Andrés tomó prestado. Hoy tal vez, le pertenezca también a él.

Si del crimen se trata, seguramente esta frase nos empuja a cometerlo, a saltar al vacío, pero al menos jugarse y a no tener miedo a amar o luchar por lo que uno quiere. Aunque se corra el riesgo de perder y quedarse sin nada. Es sin duda mejor que lamentarse por lo que pudo haber sido o como diría Sabina “No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió”.

500 Años atrás, de una forma qeu casi daba el auge a la poesia por las musas divinas, Dante Alighieri describía en el Infierno el amor entre Paolo y Francesca… Quienes prefirieron cumplir la condena sin lamentar o negar el crimen que habían cometido: Amarse, cometiendo adulterio y traición; por eso ambos seguían de la mano en medio de un viento infernal. Sin arrepentirse, Francesca le describía a Dante el Amor que los condujo a la muerte pero aún así, sufriendo en el infierno ese amor nunca los abandonaría.

“Amor, ch'a nullo amato amar perdona,mi prese del costui piacer sì forte,che, come vedi, ancor non m'abbandona. Amor condusse noi ad una morte:Caina attende chi a vita ci spense”.

Tal vez, con la "nave del ingenio" como la llamaba Dante, hoy podemos imaginar a Paolo y Francesca, de la mano y en envueltos en aquel vendaval.

Me estaba quedando dormido. “Paloma” ya había pasado y de fondo escuchaba a Nirvana.
Kurt Cobain parecía acomodar el asiento de la clase turista…. Después de todo…. “I’m on a plain, I can’t complain!”